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El tango y la modernidad: entrevista a Manuel Gómez

Entrevistamos al Manuel Gómez, músico de tango en la reconocida Orquesta Color Tango o el excelente trío Boero-Gallardo-Gómez, para que nos cuente un poco sobre él, el tango y el estado de la música argentina y global en nuestros días.

Fue de a poco. Empecé con el bajo eléctrico tocando rock, que lo hacía junto a mi hermano Ramiro y amigos músicos. Eso fue desde comienzo de los años 90. En el 97 empecé a estudiar en la Escuela de Música de Avellaneda donde fui a especializarme en el bajo eléctrico, atraído principalmente por el género jazz que ahí se cursaba. Muchos chicos teníamos la idea que la forma de progresar en la música desde el rock era estudiando jazz. En esa escuela se estudia jazz, folklore y tango como géneros populares. Una vez ahí adentro fui conociendo mucha música que no conocía, aunque era música originada en la Argentina, lo cual le sumaba un condimento extra a ese descubrimiento. Al mismo tiempo empecé a integrar un grupo de tango con mi profesor de bajo rock de mi barrio, Daniel Yaria, quien volvía a tocar tango luego de décadas. A fines de los 90 hubo un fenómeno de volver a tocar tango, principalmente gente joven.

Ese fenómeno es muy interesante, fue espontaneo, y siento haberlo vivido desde adentro. Al mismo tiempo éramos muchísimos músicos jóvenes sintiéndonos identificados con el tango de la época de oro (40’,50’) más que con el tango de vanguardia, con el que estaban más identificados los jóvenes de los 80’. Junto a compañeros fuimos formando distintos grupos de tango hasta ya comenzar a profesionalizarnos y pasar a tocar con gente más grande y experta, lo que me hizo sentir mucho más adentro del género y me dio mucho más conocimiento, siendo la música popular una música que se cultiva principalmente desde la oralidad y el ensayo compartido. Ahí es cuando uno empieza a moverse principalmente dentro de un género en especial, cuando lo conoce y lo disfruta más en detalle, mucho más que a otro género.

No, acá en la Argentina el tango esta más presente que en cualquier otro país, tanto a nivel de cantidad y calidad de músicos así como también bailarines. Y también de público. Lo que pasa es que hay países que tienen gran interés en el tango, desde hace tiempo, y son países que cuentan con recursos como para hacer eventos de calidad internacional de todo tipo, y cuando quieren ver grupos en vivo de tango, contratan grupos argentinos. Eso se ve principalmente en Japón y muchos países de Europa, especialmente Alemania, Francia e Italia.

Pienso que el tango de hoy está representado tanto por hombres como por mujeres, y eso viene desde hace un par de décadas. Viendo un poco como son otros géneros musicales te podría decir que el tango hoy es de los géneros más inclusivos. Y últimamente se ve una deconstrucción de los rituales más machistas del tango, principalmente los del baile en las milongas de gente más joven.

La influencia foránea me parece que viene de más atrás, te diría de los últimos 60 años, cuando las grandes multinacionales discográficas cambiaron su paradigma de negocios, cambiando el negocio con figuras y géneros locales, por artistas de países centrales vendiéndolos en todo el mundo. La Argentina fue uno más de tantos países donde sucedió esto. Podemos ver que adonde menos penetro el mercado durante ese periodo es donde más se conservaron las expresiones locales, por ejemplo, eso lo podemos ver en el interior de país con los ritmos folkloricos. También está el caso de países que hicieron resistencia a ese cambio de paradigma con leyes de radiodifusión proteccionistas de la cultura local.

La música argentina actual creo que expresa toda su variedad y pienso que hoy lo hace en parte por la democratización y horizontalidad en cuanto a la difusión que trajeron las redes sociales y los sitios de streeming y un público cada vez más abierto y menos prejuicioso tanto para recibir músicas de afuera como de adentro del país, actual o del pasado. Aun así, falta bastante para balancear la presencia de todo lo que se hace en los distintos géneros, aun ejerce gran influencia el mercado.

Y si, tal vez vivamos una época en la que vemos todo más exagerado, o sea, la cultura, la música siempre fue una expresión de los pueblos, la consecuencia del sentir de una sociedad. Hoy el mundo esta más globalizado que nunca, y esto trae gran homogeneidad, más que nada nivelando hacia abajo en cuanto a riqueza cultural, y abaratando todo tipo de costos, como es todo en la actual lógica actual de los mercados. Pero al mismo tiempo la explosión de las comunicaciones hace posible que quien quiera puede acceder a todo tipo de información, que cuando se da la oportunidad es aprovechada para quien la utiliza para crecer. Así es como vemos gente muy dedicada y talentosa en diversas ramas del arte, a la vez que masivamente asistimos a una música muy elemental brindada por el mercado.

Hoy con la actual pandemia los músicos estamos imposibilitados de desarrollar nuestros proyectos. Es una situación muy difícil para todo el mundo artístico. Lo que queda es volcarse hacia adentro para crecer en lo más introspectivo, en la técnica, en las posibilidades solistas, y esperar a que esto pase y volver a la normalidad tal vez distintos, más conscientes de lo que tenemos, del valor de poder hacer música con otros, que toda la vida lo vimos como lo más natural y hoy tomamos más conciencia que nunca de la importancia que tiene. Disfrutar de hacer música junto a otras personas debe ser una de las experiencias más gratificantes que hay.

Y cuando esto pase seguiré con los proyectos de siempre y algunos nuevos. Yo estoy desde hace mucho en la Orquesta Color Tango, dirigida por el bandoneonista Roberto Álvarez, estoy en el grupo del guitarrista Hugo Rivas, en la orquesta de Julio Pane, en el Quinteto Grande, en la Orquesta de Tango de la Municipalidad de Avellaneda, en el grupo del show del Café de los Angelitos, y en estos últimos días de cuarentena, a la distancia, estamos armando un trio con el bandoneonista Nicolas Enrich y el pianista Fulvio Giraudo llamado trio EGG.

Hacen falta sobre todo difusión de las cosas que se están haciendo, para que lleguen cada vez a más gente. Por todos los medios públicos que se puedan, ya que el mercado aun está en otra sintonía y solo se puede equilibrar la balanza mediante políticas de estado a favor de proteger el patrimonio cultural. Nadie puede querer o a nadie le puede gustar lo que no conoce, y el tango desde hace décadas esta fuera de la centralidad de los medios. Así y todo, subsistió por sus propios medios, por su propia calidad. Tal vez cuando haya un nuevo cambio de paradigma en los hábitos de consumo de la sociedad, priorizando la sensibilidad y la inteligencia, ahí recién empiecen a tomar cierto relieve masivo las expresiones artísticas más nobles y solidas que generaron y que generarán los pueblos, entre ellas el tango, el de ayer, el de hoy y el del futuro.